SOLO PESCA "Nuestra Revista"

HISTORIA DE UNA ILUSIÓN, DE UN PROYECTO, DE UNA REALIDAD...

CASI 30 AÑOS ATRÁS...

        

Izqda: Prototipo de la portada del Nº 1, que pensábamos regalar si hubiésemos podido pagar a 90 días. Dcha: Prototipo de la portada del Nº 1, entregado a los maquetistas de Novingraf.

 

DE “CAVERNÍCOLA” A “PISACHARCOS”...

Esta es la historia de un largo viaje por un camino cuya ruta fue complicada iniciar, pero muy fácil de seguir...


Pronto se cumplirán casi tres décadas desde que SOLO PESCA vio la luz. En ese tiempo han sido miles los mensajes que me han llegado y que he visto, oído y acumulado, siempre con el mismo texto o muy parecido... ¡Quico! ¿Cómo te metiste en esto? ¿Cómo has podido llegar hasta aquí? Estas y otras preguntas parecidas me han sido formuladas cara a cara en los miles de sitios en los que estado. También me lo preguntaron por carta (en los primeros años); por fax (cada vez más en desuso); por teléfono (cada vez menos) y por mail (todavía quedan nuevos curiosos y viejos insistentes) Ya en la era más moderna también por whatsapp, y a través del Facebook. Cualquier medio es bueno para aclarar las dudas por muy viejas que sean... En todos esos mensajes las preguntas eran más o menos las mismas... ¿Cómo puede un camionero, el hijo de un ferroviario, entrar en el mundo de los editores? Todo tiene un principio que originan esas preguntas, y esas preguntas un por qué.
En los años 75-90 yo escribía para varias revistas de difusión nacional y era bastante conocido por la afición de aquella época, que me respetaba por mi espontaneidad, sencillez, sinceridad y naturalidad. Tengan en cuenta que compartía pluma con Emilio Fernández Román, Julián Tabernero Iñiguez o Jesús A. Cecilia, los cracks de la época, los únicos que escribían y publicaban algunas fotos sobre la pesca deportiva de mar y de río, y que erróneamente eran considerados por la afición como personajes inaccesibles.
Mis artículos eran muy distintos: Yo escribía sobre mis propias experiencias, enviaba mis propias fotos, hablaba sobre mis técnicas personales (aquel famoso “tironcito”), sobre nuevos puntos de pesca, sobre el bass, aunque lo más importante es que hablaba, pescaba, me citaba y me juntaba con todo el mundo, sin marcar diferencias (todo lo contrario), por lo que logré hacer muchos amigos que luego se asombraron cuando di este paso tan gigantesco e inesperado, un paso que cambió mi vida por completo.
El día más largo
Hace ya casi 40 años que yo escribía para las revistas “Caza y Pesca”, “Trofeo” (mucho antes de segregarse en Trofeo Pesca), “Aire Libre”, “Vida Libre”, “Captura”, “La Revista de la Pesca”, etc, etc, además de colaborar en la edición de Itinerarios en España de la Enciclopedia de la Pesca, de Planeta – Agostini, que coordiné reuniendo a muchos de esos amigos para que completaran algunos capítulos por su cuenta, puesto que yo no daba abasto.
Durante más de 10 años veía mis artículos en blanco y negro a pesar de enviar excelentes fotografías y diapositivas en color, y compraba revistas de 100 páginas que costaban lo suyo para ver apenas 16 o 20 dedicadas a la pesca, que era mi pasión. Era lo que había hasta la aparición de “La Revista de la Pesca”, hecha en Barcelona bajo la dirección de Jordi Gómez López, con quien también colaboré porque al menos había algo de color y era íntegramente de pesca. Lamentablemente duró solo unos meses, y eso que contó con el apadrinamiento del mismísimo Jordi Pujol, por entonces presidente de la Generalitat de Cataluña.
Más tarde, hace unos 20 años, ya tenía en mente la creación de una revista que no se pareciera a las demás, una revista que hablara de la pesca deportiva al 100%, de toda España en general, y además en color. Una revista hecha por pescadores de a pie, desconocidos, ilusionados como yo, y en representación de todas las comunidades. Era impensable, pero con ideas vagas yo ya trabajaba en ella.
En esas fechas era camionero, una digna profesión que me permitía viajar por toda España e ir con frecuencia a Andalucía, a ver a mis padres y hermanos, y pasar muchos fines de semana con ellos, casi siempre pescando, pues vivían en Alcolea de Córdoba, muy cerca de los emblemáticos embalses de Guadalmellato y San Rafael de Navallana. En las operaciones de carga y descarga y en las mismas cabinas de varias tractoras (conduje Mercedes, Scania, Reanult, Volvo, Mann – en cada ruta tenían un trailer o un camión con remolque distinto), grababa en una casette los parámetros por los que me iba a guiar, tomando notas, pero iba pasando el tiempo sin dar ese paso... Trabajé para Transportes Cataluña, Transportes Casanova, etc, y probé el transporte urgente conduciendo para Ribes Expres, Cualladó (Hoy UPS) Dejé de hacer línea regular con los autobuses de Sagalés (Senmenat – Barcelona – Senmenat), el trabajo por mi cuenta (tuve una SCP), y por tercera vez en cinco años entré a trabajar en la famosa Panrico de Santa Perpetua de la Mogoda. Con un Pegaso Troner 340 llevaba pan de molde hasta Valencia, donde dejaba el remolque, y seguía hasta Murcia con el camión. Tres viajes a la semana a Murcia, más uno a Valencia. Un buen trabajo, sin duda.
En esa cabina, que era mi casa, ya pensaba incluso en una posible plantilla de colaboradores, ya que el hecho de escribir en otras revistas me había permitido ser conocido y recibía mucha correspondencia, haciendo grandes amigos y compañeros. Como es lógico, en la cabina también iba mi equipo de pesca y de fotografía, y el viaje de los domingos lo hacía los sábados por la tarde y noche, durmiendo en los embalses para poder pescar al amanecer... Así conocí el Sichar y todos los de Castellón; los que hay entre Valencia y Alicante; algunos de Albacete, y los de Murcia... Los domingos, a la hora de la descarga (entre las 18 y las 19 horas), siempre estaba en mi sitio, fuese donde fuese...
Un buen día vino a visitarme Juan Pérez Sierra (antiguamente “Basszasy.”, luego Juanitopescador - la tienda de Port Ginesta) Un antiguo fan y buen amigo, quien me traía una hoja de papel en blanco donde estaba escrito “SOLO PESCA” en letras azules, arriba... Me impactó de tal manera que le pedí que al domingo siguiente se viniese conmigo hasta Murcia; teníamos tres comidas y 16 horas de volante entre ida y vuelta para hablar del tema a conciencia... Y para atar cabos.
A partir de ese día ya trabajé en serio con el proyecto, dedicándole muchas horas a la redacción del posible primer número, creando nuevas secciones, nunca vistas (Colaboración no Profesional; Los Niños también Pescan... Y escriben; Elección de Señuelos; Pescando en Acuarios; Pesca Fotográfica; Pesca Submarina; Ellas también pescan... Y escriben; Del agua al plato; Nuestras Sociedades; SOLO PESCA estuvo allí, etc) Luego diseñé una portada, un boceto con los posibles titulares, recurriendo a lo más llamativo del momento. Todo era ilusión y fantasía, y robaba horas al reloj y a la familia pensando en lo que podría ser un gran proyecto, hasta que llegó la hora de tirar hacia delante y “mojarse”. Lo cierto es que el número 1 de SOLO PESCA lo hice en la cabina de los dos camiones que alternaba; un Pegaso Tecno 340 (camión más remolque), o un Pegaso Troner 360 (trailer) Lo he dicho y escrito muchas veces, y lo seguiré diciendo siempre, ya que no hay otra verdad y me siento muy orgulloso de ello.

  

Izqda: Borrador de la primera editorial enviado por fax al maquetista, donde se ve el "tachón" que borraba el nombre de Juan Pérez Sierra como Director de Publicidad y Marketing ... Dcha: Otra prueba de la linea editorial...

En aquellas fechas (verano del 92) apenas tenía un millón de las viejas pesetas ahorradas. Por desgracia, Juan tenía bastante menos, ni siquiera un trabajo. Tuvimos que buscar financiación, un mecenas, y empecé por salir en busca de José Manuel González, de Seguros Generales Reyes (me llevaban el seguro de la moto y el coche) Además era el cuñado de Rafael Reyes, uno de mis mejores amigos y compañeros de pesca desde siempre. José Manuel además era funcionario del Ayuntamiento de Barcelona y estaba muy bien relacionado, por eso le pedí que me buscara y presentara un socio capitalista.
Le gustó el proyecto, pensó en algunos constructores, médicos, dentistas y amigos, aunque finalmente se decidió y me dijo que no nos hacía falta nadie, que eso lo podíamos lanzar nosotros mismos con un poco más de ayuda… Apenas media hora después me presentaba a su vecino, Juan Vicente Barbas, un profesional de la banca y muy activo e ilusionado con el proyecto. En media hora más y de palabra, quedó constituida la sociedad: José Manuel sería el director de Marketing; Juan Vicente el director de Administración; yo quedaba como Jefe de Redacción, y Juan como Adjunto a redacción y director Comercial (por esas fechas Juan y yo éramos los únicos pescadores)
En los días siguientes se diseñó el logotipo que se hizo tan famoso, el simpático bass que todo el mundo copió y trató de imitar (todos pidieron permiso) Fue un excelente trabajo manual a cargo del mismo Juan Vicente, un verdadero artista. También fue Juan Vicente quien descubrió y seleccionó los nombres de las empresas creadas; Iberbass, S. L., el primer número, y Systempeix, S. L., en adelante. Se constituyó la sociedad de manera legal y se tuvo que hacer la primera remesa de efectivo para hacer frente a los primeros gastos, decidiendo crear una cuenta bancaria y adelantar, cada uno, cien mil pesetas. Aquí fue donde Juan se retiró de forma momentánea, ya que no podía hacer frente a ese desembolso. Entonces Juanvi, que trabajaba para el desaparecido Sindibank, propuso crear una póliza de crédito por valor de un millón de pesetas, avalada por los cuatro, así podría seguir adelante. Juan tampoco quiso tomar parte y finalmente renunció a seguir en el proyecto, por tanto las particiones pasaron de un 25% para cuatro, a un 33,3% para tres. Fue una pena, pero Juan se sentía orgulloso de que su idea también tomase forma.
Alquilamos un piso y en pocos días montamos una moderna y eficiente oficina, con tres despachos imponentes y una centralita donde se iba a llevar todo el control de la correspondencia, suscriptores, etc. Como comprenderán, ahora yo era el único pescador, el único que pescaba y que conocía todos los entresijos de la pesca, de las revistas, los colaboradores, las alternativas… El único que escribía y que fotografiaba (Juanvi y José Manuel tenían sus trabajos) Al fin y al cabo yo solo buscaba un socio capitalista, dinero, y de momento parecía que lo había… En definitiva, toda la responsabilidad, el peso de la organización y el futuro de la empresa, iba a recaer sobre mí, lo cual me enorgullecía todavía más.
Era el mes de noviembre de 1992 y la revista ya tenía forma, sin embargo, en lugar de lanzarnos a la ligera decidimos esperar hasta marzo para sacar el primer número coincidiendo con la apertura de la veda de la trucha, ya que en aquellos años la afición dormía durante el invierno. Pero antes trabajamos duro e hicimos frente a muchos tropiezos… Después de proponerlo con insistencia en enero nos inscribimos como expositores en Fivac’93, la Feria Internacional del Turismo Rural, Naturaleza, Caza y Pesca, de Valencia. Era en febrero y allí podríamos encontrar la respuesta a muchas interrogantes… Por lo pronto, yo sabía a ciencia cierta que aquí estaba nuestro futuro, ya que Fivac me podría permitir conocer a todos los potenciales clientes del momento, contactar con posibles colaboradores, saludar a viejos amigos y compañeros y ver qué tal caíamos al público. Pero antes ocurrieron dos cosas; una muy buena y otra menos buena…
La buena fue la apuesta de Enrique Roy, por entonces gerente de Mister Fish, la primera y más grande empresa de venta de artículos de pesca por correspondencia en aquellos años. En el catálogo de 1993, que aparecería en febrero, Enrique introdujo un boletín con nuestra presentación, la foto de la primera portada, los titulares y los precios de venta y suscripciones. Solo puedo decirles que fue un éxito tan grande que nos dejó asombrados… No teníamos una revista impresa y ya empezaron a llegar centenares de solicitudes de inscripciones desde toda España, junto con algunas de Francia, Suiza e Italia, a donde también llegaba Mister Fish. A cambio Enrique sólo nos pidió publicidad gratuita, es decir, anunciar sus catálogos y sus ofertas en media página vertical durante todo el año. Enrique corrió un riesgo pero acertó, como nosotros, pues si no recuerdo mal el catálogo de Mister Fish nos llevó hasta 75.000 pescadores en activo
 

Miguel A. Zaborras, en el centro, inauguró la feria SOLO PESCA’94.

La menos buena fue que una vez en Fivac Juan Delibes presentó la aparición del número 1 de Trofeo Pesca para el mes de marzo. Con todas mis narices le prometí no solaparle y esperar hasta abril; un mes de tiempo me iba a permitir hacer algunos cambios y rebuscar más clientes. Al margen, y aprovechando su presencia en Fivac, propuse una reunión de todos los directivos de revistas especializadas de aquel entonces. Se llevó a cabo junto al stand de Trofeo, que cuidaban Gerardo Sánchez y Pedro H. Weigand. En esa reunión informal estaban todos: Joaquín España, de Caza y Pesca, con Luis Álvaro; José Luis Navarro, de Captura; Juan Delibes, de Trofeo Pesca, y yo. Les pedí un poco de atención y luego les hablé con total sencillez y sinceridad: “Ya me conocéis todos porque he trabajado mucho para vosotros, espero que todo salga bien y que sigamos siendo tan amigos como lo hemos sido siempre, y por supuesto, no temáis que alborote o trate de quitaros colaboradores. Es más, me comprometo a deciros que además de no llamarlos, tampoco los escucharé si se me ofrecen, y en este caso os tendré al corriente. Gracias a vuestras revistas y a las muchas cartas de pescadores que me habéis mandado, y a tantos amigos como he hecho, tengo mi propio plantel de posibles colaboradores. No son profesionales, ninguno ha escrito nunca en revista alguna, así que tranquilos”... Fue una charla que agradecieron. Lo cierto es que todos me felicitaron y me dieron la mano agradeciendo ese gesto y asegurando que harían lo mismo. El último día de feria, después de muchas charlas, nos despedimos como los amigos que siempre habíamos sido.
¿Si se respetó ese trato? Yo, sí lo respeté, y además hasta hoy mismo. Es cierto que he publicado artículos de otros colaboradores, pero solo cuando ya no eran fijos o habituales en las otras revistas. Y os puedo asegurar que tuve muchas ofertas y ofrecimientos, pero con nuestro plantel salimos adelante, y muy bien, pues la progresión duró muchos años. Mis colaboradores sí fueron “tocados”. Casi todos. La mayoría fueron muy fieles y otros probaron, aunque siempre comprendí que los pagos eran justitos y que tenían derecho a buscar ingresos alternativos, respetando su lugar.
También los hubo que usaron SOLO PESCA como trampolín, enviándome el mismo artículo que otras revistas habían rechazado. Cosa que yo desconocía. Una vez retocado, corregido, apoyado con nuevas fotografías y editado, gustaba al público y luego era mostrado por sus firmantes como “credencial”, y ya desaparecían. Esto es algo que ha durado hasta los últimos años y que también aprendí a sobrellevar.
 
 

 

En la cabina del camión hice el diseño de la luna, para La Luna en este Mes. Dcha: Prueba de la primera portada ya con el logotipo original, recibida por Fax.

El caso es que de Fivac salimos muy reforzados… Tengan en cuenta que dos meses antes de sacar el primer número a la venta ya teníamos más de un centenar de suscriptores que habían pagado la cuota anual. Hicimos negocios con Imex Inter Fish (Salvador Santigosa) y Tracker Boat (Manuel Álvarez) Eran socios y logramos un intercambio único: toda una Tracker Pro-17 a cambio de dos años de publicidad gratuita, con dos páginas mensuales… Si fallaba, ellos perdían (según el contrato), por tanto también puedo decir que tanto Manolo como Salva se unían a Enrique en su confianza hacia SOLO PESCA. Pero también hicimos negocio con Carlos Cortés, de Black Bass España, S. L.; con Toni, agente comercial de Carretes Sagarra; con Julio, de Julius Sports. En cuanto a los colaboradores, destaco a Emilio Camarasa, que me trajo un dossier en el que me presentaba su Guía de Pesca por España… ¡Impresionante!
Luego se unieron Dionisio Bastante Fernández, Mari Paz Verdú y Juan Carlos Abad, Vicente Viguer, David Clavera, y hasta Eduardo Martínez, campeón del mundo de surf-casting en 1992, a quien propuse, antes que a nadie, crear la revista SOLO PESCA en sociedad, encontrando un no como respuesta, e incluso asociarse con nosotros unos meses más tarde, aunque prefirió quedar como colaborador y no hacer inversiones.
Pero antes vivimos varios dramas, porque no hay otra palabra que designe mejor las peripecias vividas hasta el número cuatro… Antes de Fivac ya nos llevamos varios varapalos y el primero fue con el tema de los fotolitos. En aquellas fechas no existían los archivos pdf, ni el ftp, ni nada parecido, y todo se hacía con fotolitos. Como saben, cada página en color son cuatro láminas, una para cada color, y las páginas son verso y reverso, es decir, ocho láminas por página. La primera revista llevaba cinco formas de 16 páginas más cubiertas, es decir, 84 páginas en total y por tanto 84 fotolitos... Al precio de diez mil pesetas cada uno, imaginen. Ahora comprendía por qué había tanta revista en blanco y negro.
Este era el mejor precio del momento, según los encargados de hacernos el primer número, aunque luego comprobamos que nos engañaron robaron, y muy bien… El siguiente palo llegaba desde la imprenta; una revista en color, a Dyna4, con 84 páginas, costaba alrededor de 120 pesetas unidad. La previsión de la primera tirada fueron veinte mil ejemplares, por tanto ya se iban a ir casi dos millones y medio de pesetas, más los fotolitos. Hablamos de más de tres millones de pesetas. Y son números reales.
Lo bueno era pensar en la recaudación; si se vendían todas, a 500 pesetas, eran diez millones; la mitad, cinco millones, pero… ¡Qué inocentes! No porque se vendieran o no se vendieran, sino porque todavía quedaba mucho camino por delante. Con los fotolitos terminados la empresa que los hizo nos obligó a pagar al contado, ya que no se fiaban del futuro de una nueva empresa… Era casi un millón de pesetas y nosotros confiábamos en pagar a 90 días, pero pagamos. Luego nos fuimos a la imprenta, y con el primer número ya impreso, en manos de Nou Trac, también nos obligaron a pagar al contado. Ni una sola prueba de confianza. Seguimos adelante y volvimos a pagar. Pero para pagar al contado de la noche a la mañana hubo que buscar dinero, mucho dinero, más de dos millones de pesetas, y aquí fue Inés Reyes, su empresa (Seguros G. Reyes) y sus hermanos, sobre todo Rafael, quienes aportaron su granito de arena.
Con la revista en la mano nos pusimos en manos de la distribuidora (Coedis en este caso), donde nos llevamos otro palo; ellos recogen la revista en la imprenta y en 24 horas la distribuyen y la colocan en todos los puntos de venta de España, un auténtico chollo… Pero a cambio, se quedan con el 47% del precio de portada… Ya no iban a ser diez millones, sino poco más de la mitad, y eso contando con un imposible; que se vendieran todas. Pero había más: la distribuidora te ofrece un adelanto, el 50% del 20% estipulado de venta, y cada mes realiza una liquidación hasta pasados cuatro meses, cuando llega todo el sobrante y se hace una valoración de la venta real. Al segundo mes es lo mismo, pero se cobra un resto de la liquidación del mes anterior, y así sucesivamente.
En menos palabras; para ver cómo iba todo había que esperar cuatro largos meses, y cuatro meses son muchos; son cuatro revistas, es decir, entre fotolitos e imprenta tuvimos que rebuscar dinero por todas partes, siendo José Manuel el que se encargó del tema mientras yo me dedicaba al trabajo puro y duro, a las pruebas, reportajes, fotos, entrevistas, redacción, premaquetación, etc. El caso es que salimos adelante y el número uno salió a la calle en tiempo y forma, constituyendo un éxito sin precedentes. En los meses siguientes colapsamos el cajón del apartado de correos de Polinyà, siempre lleno con cartas, fotos, petición de suscripciones, reportajes, etc. Venían a vernos aficionados de Sabadell, Granollers, Barcelona, Mollet del Vallés, Tarrassa, Ripollet, San Cugat, etc, para comprar la revista, algo que no podíamos hacer según contrato firmado con la distribuidora, o para suscribirse y llevarse alguno de los regalos que ofrecíamos, pero se presentaban y era un honor atenderles…
En los números dos y tres logramos nuevos colaboradores, mejoramos el diseño y seguimos conquistando el corazón de miles de aficionados. Pero alto ahí… Voy demasiado rápido. Con el número uno a Juan Vicente y a mí se nos acabaron las pesetas, aunque seguimos adelante. Cuando llegamos al número dos y tres los ingresos por ventas cubrían parte de los pagos, pero no del todo, y la empresa de seguros de la esposa de José Manuel tuvo que hacer frente a los costes de su propio bolsillo, por lo tanto se hizo una nueva reestructuración, quedando las particiones así; a partir del número cuatro el 80% de la empresa fue para José Manuel, quien tenía un gran capital invertido, mientras que Juan Vicente y yo debíamos conformarnos con un 10% cada uno. En el número cuatro José Manuel ya aparecía como director gerente.
A partir de aquí seguimos escalando con pie seguro: las ventas aumentaban, lo mismo que el número de suscriptores, colaboradores, simpatizantes. Nos llamaban desde todas partes para cualquier evento, y nos invitaban a todos los campeonatos posibles… Muchas revistas reflejaban nuestra presencia en más de 10 y 15 eventos distintos, y muy lejanos entre sí… Galicia, Cádiz, Albacete, Valencia, etc. Estuvimos presentes en las ferias de Francia, donde hicimos más suscriptores y conocimos a grandes amigos, uno de ellos Franck Rosman, por entonces acuicultor, presidente fundador de Black bass France, y hoy en el departamento de diseño de productos de Sert, creando e innovando para Sakura… A Henri Limouzin, todo un personaje; José López (JLM Concept), que para mi fue y sigue siendo como un hermano mayor.
Revolucionamos el mundo de la competición nacional con la primera Copa SOLO PESCA, el Primer Campeonato Internacional de Pesca que organizamos, en Marrakech. Y dimos la estocada con la organización del Primer Encuentro de la Amistad… Casi 500 personas llegaron desde toda España a Tremp, con sus familias, con barcos y sin barcos, en un campeonato que ha hecho historia por la excelente organización y por las secuelas que dejó, creando clanes de importantes amigos que continúan hoy en día… Una prueba triple y que premiaba al mejor pescador de bass de orilla, al mejor pescador de bass desde embarcación, y al mejor pescador de carpfishing… Una prueba de tres días en régimen de todo incluido que solo costó cinco mil pesetas a cada participante (incluía tres noches de hotel, tres cenas, tres comidas, todos los desayunos, los picnics durante la competición, la comida de gala, etc) Se llenaron todos los hoteles de Tremp, Salas de Pallars y La Pobla de Segur, y la región se volcó con nosotros. Los hermanos Gregorio y Eusebio Tarragona, presidentes de las sociedades de pesca de Tremp y La Pobla de Segur, y Juan, cargaron con todo el peso de la organización, haciendo un trabajo impagable.
Poco después dimos la puntilla organizando la primera Feria Internacional de Pesca, denominada SOLO PESCA’94, una feria exclusivamente de pesca, la primera, donde conocimos a quienes fueron nuestros clientes y amigos durante tantos años… La inauguraron Miguel A. Zaborras, presidente de la FEPyC, y Francisco Estrada, vicepresidente y seleccionador nacional de la FEPyC. Conocimos a los hermanos Curro y José, de New Fishing International; a Leo, al frente de Artfishing SL; a José Miguel (DEP) y Bruno, con Salper y todas sus marcas además de Browning; a Quim, de Pescatour; a Alberto, Jordi y Antonio Cano, de Grauvell - Marxuach; a Lars Bonell (que había dejado Abu y ahora estaba en Sevilla, al frente de Rapala, aunque solo vino de paso y a admitir su error por no estar exponiendo); a Kaoru y Martin, de NKH Starlitte Spain. También estuvieron Albert Álvarez, Anroma, S. L., Artículos de pesca JULI, Ceboluz, Cormorán, Evia, Fly SRL, Garbolino, Milo, Plumiratun, Sensas, La Sirene, Dam, Sud Ram, Trofeos el Pilar, Harlequin Nature Graphics, Greys of Alnwick Ltd, Les Mouches de la Charette, Acqua, Tecnofish, Italcanna, Tracker Boats, Trabucco, JLM Concept, Marc Petitjeam. Como visitantes llegaron aficionados desde toda España, que regresaban alucinados por todo lo que vieron allí. Comprendan que muchas marcas y productos eran totalmente desconocidos… Fue un bombazo y muchas marcas extranjeras encontraron aquí a nuevos distribuidores.
Para esas fechas todo el sector de la pesca profesional confiaba en nosotros y se anunciaba en “Nuestra Revista”. Nunca estuvieron todos, pero sí los que tenían que estar, y que han seguido siendo fieles a pesar de los tiempos que corren.
Por supuesto, no fue todo tan bonito… SOLO PESCA pagó su éxito recibiendo los ataques de un pequeño sector, logrando únicamente retrasar nuestra explosión, que llegó cuando reunimos a los mayores distribuidores de nuestro país apostando por nosotros. Aguantamos todos los chaparrones que nos caían desde Madrid sin alzar la voz de manera pública. El número 1 salió en abril y se decía que no duraríamos hasta “vacaciones”. Para vacaciones sacamos un extra de 144 páginas y ya se decía que no llegábamos a Navidad… En enero de 1994 que no llegábamos a Semana Santa… Cada viaje a Madrid para ver a Salvador (Tracker Boats); Julio Latorre (Julius Sports); Kaoru (NKH), etc, se aprovechaba para decir que yo vendía uno de mis camiones para seguir adelante con SOLO PESCA… ¡Qué burrada! Jamás tuve un camión propio ¡Ojalá!... Mientras, seguíamos creciendo; ya editábamos 7 formas más cubiertas (116 páginas), barnizadas en UVI, y encuadernábamos en rústica. Acudíamos a todas partes a donde nos invitaban, repartidos uno por cada lado… Juanvi se espabiló, le gustó la pesca y se desenvolvía con soltura, empezando nuevos proyectos que no pudimos seguir por falta material de tiempo. En esos años soportamos rumores de lo más gracioso y críticas muy serias, casi siempre destructivas, pero seguíamos triunfando, ganando simpatías, aumentando los números de ventas, etc, hasta que poco después empezaron a llegarnos algunas ofertas para comprar nuestra cabecera…
 

La mejor prueba de mis buenas intenciones y lealtad hacia los directores de las revistas a las que escribí, fue ésta: SOLO PESCA les dedicó una página entera aún siendo competidores: Esto no se hizo nunca...

En esas fechas me decidí por caminar más seguro y pedí a José Manuel que atendiera algunas de las ofertas que nos habían llegado desde el Grupo V, desde Alesport y desde MC Ediciones. Fueron grandes e importantes cara a cara en los que no hubo tiras y aflojas, solo muy buenas ofertas que se aceptaban o no. Martín Gabilondo, del Grupo V, hizo la mejor. Fue en mi oficina, en Polinyà, donde mantuvimos una larga charla sentados uno frente al otro. Puso un precio, me quiso a mí y acepté, pero tuve que retirarme cuando me dijo que era requisito indispensable que me fuese a Madrid. Lo sentí mucho, pero no pudo ser. Todo un caballero, en lugar de ofuscarse me pidió consejo para encontrar a alguien capaz de hacer su propia revista. Yo, sin celos de ningún tipo, me puse a su altura y ya que estábamos entre caballeros le hablé de dos de mis mejores colaboradores como personas capacitadas para llevarlo adelante, uno de ellos en paro y el otro con un buen trabajo, pero capaces, por tanto se eligió la mejor opción; el que estaba en paro, ya que sería más fácil. Le hablé extensamente de ellos, le facilité sus nombres, teléfonos y dirección personal, y nos despedimos tan amigos hasta hoy. El que estaba trabajando es Juan Carlos Abad Romo, el marido de Mari Paz Verdú Toledo (los recuerdan) Con Alesport ocurría lo mismo: “Esto o nada, pero tenéis que veniros a nuestras oficinas”. Lo cierto es que todas ofrecían un futuro muy prometedor, decantándonos finalmente por MC Ediciones, S. A., quien compró SOLO PESCA en 1995, y donde seguimos hasta 1997, año en que el grupo se disolvió, continuando yo solo hasta el final.
Es cierto que en todos estos años, sobre todo al principio, habíamos cometido muchos errores, pero también lo es que siempre nos perdonaron porque nos vieron trabajar duro, sobre todo a mí. En tantos años he descubierto a importantes colaboradores, formando entre todos a un gran número de campeones. En menos palabras, en apenas un año logramos cambiar el mundo y el concepto que se tenía sobre la pesca deportiva, y de cómo se debían hacer las revistas de pesca, apostando fuertemente por el color, por la deportividad, por la práctica de la pesca durante todo el año, por el captura y suelta… Fuimos los primeros en prohibir fotos donde se viese sufrimiento, heridas, sangre, ni siquiera peces fuera de su entorno natural. Eliminamos poner el peso para evitar engaños… Podría llenar un gran libro cargado de anécdotas y vicisitudes, muchas muy buenas y algunas malas, pero lo mejor es olvidar, valorar todo lo positivo y pensar en lo que se ha hecho, que ha sido mucho, y últimamente haciendo frente a una de las peores crisis que nos han azotado jamás.
 

Puesta en marcha de la Tarjeta SOLO PESCA, válida para suscriptores y de uso exclusivo en tiendas colaboradoras. Otra movida en la que logramos un gran éxito.

En cuanto a la frase de “Cavernícola” a “Pisacharcos”, y su significado, puedo deciros lo siguiente: En 1992, como camionero, mi QRA era “Cavernícola” (el nombre de la estación de radioaficionado) Así me conocían en toda la N340 y en la NII, desde Barcelona hasta Murcia, y desde Madrid hasta la Junquera. También en la NI, la III, la IV y la V... A partir del número uno fue mi propio padre quien me bautizó como el “Pisacharcos”… Toda una vida.
Y no se crean… He llevado más de un camión con remolque llenos de pan de molde a Valencia, Valladolid, Madrid y a Murcia, con algunos números de SOLO PESCA ya en la calle. También he hecho algún viaje en autocar para llevar a turistas a Andorra, en días festivos. Y lo he hecho gratis, es más, tenía que hablar con mis viejos patrones y pedirles por favor que me dejaran hacerlo ¿Por qué? Porque el “rosco” (en el argot de los camioneros, el volante) se echa de menos; no es tan fácil dejarlo de golpe y sentarse en una oficina a escribir cuando se ha sido taxista, chofer de autobús y camionero…
Aunque hay mucho más y quizás la encontréis demasiado simplificada, esta es la corta historia de SOLO PESCA, tal y como la vivimos al principio, y la historia de mi progresión un poco más tarde. Muchos de vosotros habéis sido testigos de todos esos pasos, por tanto no hay motivo para mentir aunque sí para obviar y olvidar, pero eso quedará para un libro. Por supuesto, hay mucho más, ya que en MC empezó otro ciclo, pero como suele decirse, eso ya es otra historia… En fin, amigos, espero haber disipado muchas dudas, y si las seguís teniendo, pues por aquí seguiremos para poder disiparlas.
 
Un fuerte abrazo
Quico
 

20 de Marzo de 1993: El Número 1 ya era una realidad y comenzaba a expandirse por toda España… Entonces fue cuando dejé el camión y me dediqué a SOLO PESCA a tiempo total...